Buenas tardes. Mientras estudiaba la lección pensaba constantemente en qué ejemplos de desigualdad de género podría presentar para esta entrada en mi cuaderno de bitácora. La terminé y seguía pensando en qué desigualdad escoger. Han pasado un par de días y esta mañana me encontrado con una desigualdad que hasta hoy había pasado desapercibida. Al guardar un libro en la estantería de mi biblioteca me he dado cuenta de los pocos libros que tengo escritos por mujeres, sobre todo de algunas materias. En una sección dedicada a divulgación científica no tengo ningún libro escrito sobre mujeres a excepción del significativo Reflexiones sobre género y ciencia de Evelyn Fox Keller. En otra sección dedicada a estudios sobre el tiempo, apenas dos libros escritos por mujeres. En la sección de libros de historia, un solo libro sobre la Primera Guerra Mundial escrito por una mujer. Así podría seguir, muy pocos son los libros de mi biblioteca escritos por mujeres, aunque hay una excepción.
En las estanterías superiores, casualmente, están los libros de poesía. Cuántas son las mujeres, poetisas, que pueblan esas estanterías. Ahí están Ida Vitale, Aurora Luque, Chantal Maillard, Anna Ajmátova, Wislawa Szymborska... ¿tiene alguna explicación? Como nunca me había dado cuenta y no había pensado en ello, no lo sé. Quizá lo más que puedo hacer es invitar a cualquiera que lea esta entrada en mi cuaderno que eche un vistazo a las estanterías de su biblioteca, ¿qué encuentra? ¿en qué rincones están escondidas las escritoras?
Uno de los últimos libros que he leído escrito por una mujer es de Siri Hustvedt, La mujer temblorosa, en él aprendí que la palabra histeria proviene del griego y significa útero. Un antiguo prejuicio contra las mujeres. El feminismo puede desvelar la raíz misógina de muchos conceptos y planteamientos científicos. Evelyn Fox Keller sostiene que el gran padre del pensamiento científico, F. Bacon, basó su idea del conocimiento humano y su interacción con la naturaleza creyendo que la ciencia es masculina y la naturaleza es mujer y, como no podría ser de otra manera, la dialéctica sexual entre ambos implica que el hombre-ciencia domina a la mujer-naturaleza.
Seguiré indagando entre mis libros, intentando explicarme el porqué de los libros y sus autores y autoras os dejo un poema de Ida Vitale.
Fortuna:
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
Trema (2015)
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